Patatas en taco con diferentes salsas. El aperitivo que nunca falla el fin de semana
Unas patatas para el aperitivo con algo bueno de beber. ¿Puede haber algo mejor? Vamos a daros unos cuantos consejos para que el aperitivo del próximo fin de semana sea perfecto.
Cómo cocinar las patatas. En dos frituras
Vamos a empezar por cocinar las patatas. Se dice que el mejor aceite para hacerlo es el de girasol, pero para gustos los colores. Usemos el que usemos, procurar que la calidad de este sea la más alta posible. Muy importante trocear las patatas del mismo tamaño, para que se hagan todas de igual manera.
Una vez troceadas las secamos bien y ponemos el aceite a calentar. Tiene que haber abundante aceite. Cuando esté caliente, lo ponemos a fuego lento y echamos las patatas suavemente, para que el aceite no se enfríe de golpe. Las tenemos cocinando unos 8 minutos y las sacamos del aceite a papel de cocina, para que suelte el aceite sobrante.
La segunda fritura se la damos a fuego fuerte durante unos 4 minutos. Aquí es donde lograremos que queden crujientes por fuera y blandas por dentro. Una vez estén listas, las pasamos de la sartén a papel absorbente y salamos al gusto.
Salsas para acompañar patatas fritas
Las míticas salsa brava y ali-oli: Empezamos esta pequeña lista con las salsas más típicas. Hay a quien le gusta comerlas con simple mayonesa o kétchup, pero también podemos elaborar un buen ali-oli o una sabrosa salsa brava.
Ali-oli: Nos bastará un huevo, medio diente de ajo, perejil, aceite de girasol (O de oliva, al gusto), vinagre y sal. Cascamos el huevo en un recipiente, le añadimos la pizca de sal y el chorrito de aceite. Ahora echamos el ajo y el perejil bien picadito y solo queda batir añadiendo aceite a medida que va ligando la salsa. Cuando esté en la textura deseada paramos.
Salsa Brava: Salsa brava pero de la auténtica, la que pica y tiene buena consistencia. Aviso, para esta receta necesitamos sartén, por si no queréis trabajar demasiado.
Necesitamos 700 gramos de tomate triturado, una guindilla cayena, una cebolla, dos cucharaditas de pimentón picante, un buen chorro de aceite de oliva y una pizca de sal.
Ponemos el aceite a calentar en una sartén y le añadimos la cebolla y guindilla bien picadita con un poco de sal. Sofreímos hasta que esté bien doradito todo. Ahora le añadimos el pimentón unos segunditos y acto seguido el tomate. Sal al gusto, cocinamos durante unos 12 minutos y tenemos salsa lista.
Salsa de queso: Amantes del queso, ¡esta es la vuestra! Necesitaremos una cucharada de mantequilla, tres de harina, dos tazas de leche entera, un cuarto de taza de queso cheddar rallado y una pizca de pimienta negra. Ponemos la mantequilla a derretir al fuego y cuando se derrita añadimos la harina. Removemos durante unos minutos y echamos la leche sin dejar de mover. Cuando la salsa haya espesado a fuego lento, añadimos el queso y cuando se derrita le echamos la pimienta. Ya tenemos la salsa lista. Le podemos añadir un poquito de bacón si nos apetece.
Salsa de mostaza, miel y curry: Esta es una salsa que no es para todos los públicos. Pero, aunque no seáis de comer mostaza normalmente, dadle una oportunidad. Se puede hacer de muchas maneras y utilizando ingredientes diferentes. Nosotros nos quedamos con esta. Necesitaremos media taza de queso de cabra, media taza de miel, una cucharada de mostaza, una cucharada de curry, un cuarto de taza de crema de leche y sal y pimienta. Se trata de mezclar todo en un recipiente, probarlo, y rectificar con sal y pimienta al gusto. Seguro que os encanta.
Ya habéis visto que las posibilidades para acompañar nuestras patatas de fin de semana son infinitas. ¿Tenéis alguna más que proponer? Seguro que con estas que os proponemos triunfáis. ¡Que aproveche!