Cuidado con los empachos de verano. Están a la vuelta de la esquina
Si la semana pasada hablábamos de resacas, esta nos toca hablar de empachos. Porque también existen más posibilidades de sufrir empachos en esta época del año que en otras. Por supuesto, sin contar las Navidades, que ahí el empacho está asegurado.
Si el resto del año tratamos de cuidarnos y llegar a las vacaciones más o menos finos, en verano nos venimos arriba y echamos a perder todo lo trabajado. Barbacoas, cenas, comidas, fiestas… muchos son los casos en los que podemos sufrir un empacho. No os preocupéis, a continuación vamos a ver cuáles son los síntomas que nos indican que podemos sufrir una indigestión severa, y que hacer en caso de que nos empachemos.
¿Cuáles son los indicadores de un empacho? ¿Cómo nos podemos dar cuenta?
Seguro que todo el mundo hemos sufrido alguna vez una indigestión severa. Esa sensación de no poder meter nada más al cuerpo… Este problema se suele producir cuando comemos demasiado o algo de lo que ingerimos está en mal estado. Lo primero que solemos sentir es dolor abdominal, con posibilidad de que se extienda a lo largo de todo el abdomen.
Esto se puede ver acompañado por eructos, náuseas e incluso vómitos. La boca suele estar pastosa y podemos tener mal sabor de boca y también mal aliento.
En algunos casos, puede surgir también diarrea, estreñimiento, dolor de cabeza, falta de apetito, acidez, gases, sensación de cansancio y dolor en las piernas.
Por lo qué veis, mejor tratar de no pasarnos para no vernos en este aprieto.
Qué hacer si sufrimos un empacho
- Primera medida a tomar. Dejar de comer. Es recomendable ayunar durante las próximas horas. Seguimos bebiendo agua poco a poco para no deshidratarnos.
- Algo que puede aliviar ese malestar que sufrimos es tomar agua con bicarbonato y limón. Esta mezcla neutralizará los ácidos de nuestro estómago, evitando molestias que estén relacionadas con la digestión.
- Tomar té de canela. Este es uno de los consejos de la sabiduría popular. Se echa media cucharadita en polvo en un vaso de agua hirviendo y dejamos reposar. Se tiene que tomar lo más rápido posible para tratar de aliviar de inmediato.
- La peladura de pomelo seca puede ser un remedio muy efectivo. Esta, ayuda a calmar la irritación de estómago que causa la indigestión. Para conseguir que la peladura se seque, la rallamos y la dejamos unas horas al sol. Entonces, si nos duele la tripa, tomamos media cucharadita para que nos ayude.
- Al igual que el té de canela, no podemos olvidarnos de las otras tantas infusiones que tomamos cuando nos duele la tripa o tenemos molestias estomacales. Manzanilla, hinojo o comino, té a lamenta, infusión de jengibre…
- Para tratar de calmar el dolor. Podemos humedecer un trapo con agua caliente y ponerlo sobre la zona dolorida. Si aplicamos un masaje circular sobre la zona podemos potenciar el efecto.
- Como último consejo, puede que no baste un solo día para que desaparezca el empacho del todo. Por lo que los días posteriores tendremos que tener mucho cuidado y llevar una dieta blanda, así como evitar ciertos alimentos que puedan perjudicarnos. Azúcares refinados, bebidas carbonatadas, café, alcohol, grasas…
Solo nos queda deciros que sigáis disfrutando mucho del verano pero que lo hagáis con cuidado. Como se suele decir, mejor prevenir que curar. Los excesos pueden salir caros.