Dos sopas para combatir el frío de octubre
Aunque el tiempo pueda estar un poco loco, y haya días que nos derritamos al sol, ha llegado octubre y ya sabemos que el otoño suele ser época de echar mano al abrigo. Por ello, vamos a proponer dos sopas de lo más recurrentes y típicas en este país. La sopa de ajo por un lado, y la tradicional sopa de pollo anti-resfriados por el otro.
La idea de este artículo es presentar dos recetas sencillas para poder preparar en un periquete y sin demasiadas complicaciones. Por eso nos saltamos la deliciosa y tradicional sopa de pescado, ya que para hacerla necesitamos un poco más de tiempo y elaboración…
Sopa de ajo. Una alternativa sencilla al frío
Probablemente estemos ante una de las sopas más tradicionales del país. Es muy recurrente, ya que se hace con ingredientes que normalmente solemos tener en casa siempre y de esta manera podemos hacerla si se nos ocurre a última hora.
Nos hemos guiado con una receta del blog gastronómico Javi Recetas para elaborar la nuestra. ¡Vamos con ella!
Para hacerla necesitaremos unos 10 dientes de ajo, un buen trozo de pan duro del día anterior, un buen chorro de aceite de oliva, una cucharada pequeñita de pimentón dulce, 6 vasos de agua y sal. La tradicional se suele hacer así, pero para darle un poco de consistencia al plato podemos usar también jamón serrano y 4 huevos.
La elaboración es muy simple. Primero preparamos los ingredientes. Pelamos los ajos y los cortamos en rodajas. El pan duro lo cortamos en lonchas muy finitas. El jamón, si decidimos usarlo, lo cortamos en tiras finitas.
En una cazuela con un chorrito de aceite doramos los ajos y los retiramos. No los dejamos en la cazuela por el peligro de que estos se quemen y chafen la recta. Dejamos calentar más el aceite, y ponemos a tostar el pan. Una vez tostado (unos dos minutos), apartamos la cazuela del fuego y echamos la pizca de pimentón removiendo bien.
Ahora echamos el agua a la temperatura que sale del grifo, y calentamos hasta que hierva añadiéndole los ajos que hemos apartado previamente y las virutas de jamón. Dejamos al fuego unos 20 minutos bajando la temperatura de cocción.
Una vez corregido el caldo de sal, volvemos a subir la temperatura hasta que hierva, y cuando esté borboteando le añadimos los huevos cascándolos con suavidad. Cuando veamos que la clara está cuajada apartamos del fuego y directo al plato. Si preferimos también se puede echar el huevo batido y dejar que se haga en formato “tortilla francesa”. A nosotros nos encanta en ambas versiones.
¿Resfriados? Tratad de ponerle solución con esta sopa de pollo
Seguro que con los cambios de temperatura que estamos teniendo ya habéis pasado algún resfriado que otro. Esta sopa la recomiendan para estos casos.
Esta sopa tiene la cualidad de aliviar los resfriados. ¿Por qué? Parece ser que el caldo de pollo dificulta el movimiento de unas células del sistema inmune que se llaman neutrófilos, las cuales fomentan la liberación de mucosa y atacan las células del organismo, provocando así la inflamación de los tejidos.
Por ello, podéis usar esta sopa como “arma” contra los molestos síntomas del resfriado, y que puede ayudar a reducir la inflamación de la garganta y de las mucosas nasales sin que eso disminuya la actividad antiviral del sistema inmune.
En el estudio que mencionamos también se da a conocer los ingredientes que tiene que tener esta sopa. Tiene que llevar pollo, cebolla, patata, zanahoria, nabo, perejil, sal y pimienta. En cuanto a la elaboración, hay que cocinarla durante al menos una hora a fuego suave. Por lo demás, la receta se cocina como hacemos normálmente las sopas en nuestras casas. Todos los ingredientes al puchero y a cocerse. Al final, desmenuzamos el pollo, y añadimos el fideo dándole el último golpe de cocción.
Llegarán los fríos de otoño, y luego los de invierno… ¡pero no nos pillarán desprevenidos! Ya habéis visto que con estas dos sencillas sopar podemos convertir los días fríos en momentos calurosos. Ya que no hay nada mejor que una buena sopa cuando estamos helados… ¡Que aproveche!