Las diferentes formas de preparar un huevo
El huevo, uno de los productos que más juego da en la cocina. En revueltito con unos ajos tiernos, al vapor sobre verdura pochada, para hacer diferentes tortillas… pero qué hay de ese magnífico huevo que cocinamos por separado, ese en el que untamos las patatas fritas. Son muchas las posibilidades que tenemos a la hora de cocinar un huevo y las vamos a presentar, aportando algún que otro truquito para que salgan a la perfección en cualquiera de sus modalidades.
Qué decir del huevo frito, un escándalo en sí mismo. Tenemos tres maneras de prepararlo, y para gustos los colores pero nosotros pensamos que las tres maneras son perfectas.
A la Poele: Consiste en hacer la clara lentamente y que la yema quede roja. Por lo que se pone un poco de mantequilla o aceite en la sartén, y cuando esté caliente se echa el huevo, dejando que se haga lentamente.
A la Española: Se cocinan en abundante aceite a fuego fuerte de manera que la clara queda cuajada y la yema de un color blanquecino. Se echan cuando el aceite esté bien caliente. Recordad que el huevo estará listo cuando una capa blanca cubra la yema.
A la Andaluza: Se cocinan en abundante aceite caliente y a fuego fuerte, con una espumadera bañamos la yema hasta que esté hecha. De esta manera surgirá la “puntilla” en el exterior del huevo.
Huevo escalfado
Primero se coloca en una cazuela agua con vinagre. El ácido del vinagre en el agua hará que la clara del huevo no se disperse demasiado. Cuando el agua está hirviendo, se le echa el huevo, y redondeando con una espumadera tratamos que la clara no se esparza demasiado y quede hecha dejando la yema líquida. Una vez esté hecho, sacamos el huevo a agua fría y le quitamos la rebaba que le pueda quedar. ¡Ya tenemos huevo listo para acompañar cualquier cosa!
Huevo revuelto
Todos sabemos lo que es un huevo revuelto, batimos el huevo, y lo echamos a la sartén cuando el aceite de oliva esté bien caliente. Ahora bien, ¿cómo logramos que nuestros huevos revueltos salgan perfectos? A este respecto encontramos técnicas que se contradicen. Algunos dicen que no hay que batir en exceso para no airear demasiado la mezcla, mientras otros dicen que hay que batir muy bien para generar una textura más ligera. De la misma manera, se dice que echar algún lácteo a la mezcla (nata para cocinar) hará que los huevos queden más jugosos. Sin embargo, otros creen que eso hace que el conjunto no quede bien mezclado y que la mezcla se endurezca.
Lo que si podemos decir es que la sal es mejor añadirla al final, y que hay que cocinar a fuego lento para evitar un plato reseco.
Tortilla francesa
Todos hemos hecho una tortilla francesa en alguna ocasión pero, ¿sabemos hacerlas en condiciones? necesitamos huevos, sal, y aceite de oliva. Para hacer una buena tortilla, es recomendable no hacerla de más de tres huevos y hacerlo en una sartén suficientemente grande como para poder doblarla por la mitad. Batimos bien los huevos sin llegar a generar espuma, eso restaría jugosidad a la mezcla, salamos, y una vez bien caliente el aceite de oliva, lo echamos a la sartén. Cuando empiece a cuajarse tenemos que doblarla por la mitad. Cuando esté hecha la sacamos de la sartén para que no se haga demasiado.
Huevo cocido: No hace falta explicar mucho como se hace un huevo cocido. Basta con poner un huevo entero, con la cáscara en agua hirviendo y esperar unos 10 minutitos más o menos. Dentro de los trucos para que el huevo duro salga bien tenemos el echar sal al agua, para que posteriormente se pelen mejor (pelándolo bajo agua fría también ganaremos facilidad). Otro truco es echar os huevos cuando el agua esté ya hirviendo, de esa manera la yema no se moverá y quedará centrada. Una manera de saber que los huevos están listos, es colocar uno sobre una espumadera, y mover esta sobre la base en círculo, si el huevo se pone de pie estará listo.
Huevo pasado por agua
Puede que esta modalidad sea menos cocinada pero no por eso es menos sabrosa. De hecho, para muchos es un manjar. Se trata de poner el huevo a cocer menos tiempo que un huevo duro, de manera que la clara quede cuajada, pero la yema quede líquida como en un huevo frito. Metemos los huevos en el cazo mientras el agua esté fría y desde que empieza a hervir calculamos 3 minutos si queremos que la clara no esté muy hecha, y 4 si queremos que la clara esté hecha pero la yema no. Un truco para que la yema quede en el centro es remover el huevo cuando el agua empiece a hervir. Una vez terminado, tenemos que poner el huevo bajo agua fría para que la cocción se corte y quede en el punto que queremos.
Ya veis todas las posibilidades que tenemos con tan solo un ingrediente como el huevo. Además de nutritivo, nos permite hacer diferentes platos que acompañados con algún otro acompañamiento, nos hace disfrutar de una perfecta jornada. ¿Hay algo mejor que unos buenos huevos fritos con patatas y chorizo? ¡Que aproveche!