A vivir el Medievo en los mágicos parajes de Girona
Llega Semana Santa y a todos nos gusta hacer las maletas y escaparnos aunque sea unos poquitos días. Liberarnos del estrés del día a día y relajarnos en los parajes más bonitos y cercanos. Vamos a proponeros viajar atrás en el tiempo y sumergirnos en los maravillosos y bien conservados pueblos medievales de Girona. ¿Os apetece?
Empezamos nuestra pequeña ruta en la ciudad de Girona. No podemos marcharnos sin verla. En esta ciudad haríamos un recorrido por las calles del casco histórico, como nosotros nos vamos a centrar más en los pueblos medievales de alrededor, os dejamos este enlace donde tenéis un recorrido perfectamente detallado.
Nos sumergimos entonces en la Edad Media. Lo ideal sería tener tiempo también para visitar Costa Brava, pero vamos a centrarnos en los pueblos del interior. Surcaremos 8 en nuestra ruta, pero habrá más rincones que descubrir en esta provincia, sin ninguna duda. Pasaremos por Monells, Hostalets de Bas, Olot, Camprodón, Beget, Castefullit de la roca y Besalú.
Monells: Es un pueblo perteneciente al municipio de Cruïles, en el Baix Empordá. Está construido alrededor de un antiguo castillo, del que por desgracia, solo se conservan las murallas. A cada paso por sus calles se respira el pasado medieval, ya que en su día fue hogar de nobles y caballeros, y contenía grandes mercados y un castillo.
Hostalets de Bas: Es una población de la comarca de la Garrotxa. Se originó en el siglo XVII a partir de un hostal que se situaba al borde del camino real que iba desde Olot a Vich (Barcelona). De este pueblo destaca la calle Teixeda, ya que en sus balconadas lucen unas composiciones de flores dignas de ver
Olot: Este municipio es la capital de la ya mencionada comarca de la Garrotxa. Su gran atractivo gira en torno a uno de sus volcanes, el Montsacopa. Y vamos a mencionar que este lugar es famoso por su peculiar cocina, la “cocina volcánica”. Así es como han denominado su gastronomía y una de sus recetas estrella son las patatas Olot.
Camprodón: Nos pasamos a la comarca del Ripollés. Se sitúa en el centro de los pirineos orientales y en este pueblo se unen los ríos Ritort y Ter, pasando por debajo de su magnífico “Puente Nuevo”, una construcción de gran belleza y de origen románico. Digno de ver.
Beget: Este pequeño pueblo se encuentra incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Es un pueblo turístico que está situado en la cabecera del río Llierca y su iglesia románica, calles y casas de piedra, y puentes medievales nos harán viajar en el tiempo hasta la verdadera época medieval.
Castellfollit de la roca: Con decir que está construido en el borde de un riscal de basalto de 50 metros de altura y un kilómetro de longitud sería suficiente para estar deseando contemplar está maravilla creada por el ser humano. Pero vamos a ir más allá, el casco antiguo está formado por construcciones de origen medieval, plazas y calles estrechas que surcar para respirar paz. Además, las casas en su gran mayoría están construidas con piedra volcánica. Es uno de los parajes más fotografiados de todo Catalunya y es un magnífico mirador desde donde se pueden observar los valles de los dos ríos.
Besalú: Volvemos a la Garrotxa para admirar uno de los conjuntos medievales más importantes y mejor conservados de Catalunya. Su principal atracción turística, y la principal fotografía de los visitantes, es el espectacular puente románico construido en piedra que se eleva sobre el río Fluviá. Sin duda, un lugar maravilloso para trasladarnos al pasado y olvidarnos del presente, aunque sea por unos minutos.
No podemos terminar sin recomendar algo típico que llevarnos a la boca. En este caso, entre tanto trote seguro que nos apetece algo dulce para recargar pilas. Vamos a destacar el Xuxo, ya que es un dulce típico de la Girona que estamos pateando. Es un pastel dulce cocinado en una masa cilíndrica rellena de crema. Está frita y azucarada por fuera.
Seguro que después de haber leído el artículo estaréis deseando viajar al pasado para visitar el Medievo. No nos hace falta construir una máquina del tiempo con un Delorean, nos vale con acercarnos a Girona.