Dos tartas sencillas sin horno y un sorbete de limón
Todos los días no se puede andar tomando tarta pero hay momentos especiales en los que tenemos que saltarnos un poco las reglas. Además, se aproximan fechas en las que tenemos que elaborar un poquito más los postres. Esta vez vamos a proponer dos tartas muy sencillas y un sorbete de limón para ponerle la guinda al pastel.
Serán dos tartas refrescantes, suaves y sencillas. No hace falta estar horas en la cocina para disfrutar de un buen dulce. Tarta de queso y tarta de la abuela. Además, también os dejamos la receta del refrescante sorbete de limón.
Receta de tarta de queso sencilla
Llevar a cabo esta tarta es de lo más fácil. Necesitaremos unos 150 g de galletas tipo María, 50 gramos de mantequilla, 500 gramos de queso de untar, 500 gramos de nata de repostería, 100 gramos de azúcar, 8 láminas de gelatina y 300 gramos de la mermelada que nos apetezca. Normalmente se usa de frutos rojos (fresa, frambuesa, mora…)
Lo primero es preparar la base de la tarta. ¡A machacar galleta! Lo más fácil es que lo hagamos en una trituradora. De esa manera machacaremos bien toda la galleta para que quede bien compacta la mezcla. Lo mezclamos todo bien con la mantequilla a temperatura ambiente y lo colocamos en la base del molde desmontable apretándolo bien contra las esquinas. Si te gusta la base más gorda, más galleta, si no, menos. Cada cual que eche la cantidad que más le convenza.
A continuación ponemos a calentar en una cazuela el queso, la nata y el azúcar, sin dejar que hierva y removiendo bien. El objetivo es que los ingredientes se mezclen. Cuando se hayan integrado bien todos los ingredientes, le añadimos seis láminas de gelatina que previamente habremos remojado durante unos 10 minutos. Volvemos a mezclar todo bien y echamos la mezcla encima de la base de galleta. Cuando haya reposado un poco metemos el recipiente a la nevera para que espese bien y se enfríe.
Para la cobertura lo más sencillo es poner una mermelada libre de pepitas. Pero si queremos trabajarlo un poco más, podemos ponerla a calentar en un cazo, y añadirle dos láminas de gelatina cuando esté a punto de hervir. De esta manera lograremos la textura idónea.
Receta de refrescante sorbete de limón
Vamos ahora con el fresco sorbete de limón. ¿Alguna manera mejor para acabar una buena cena? Además, es una receta bastante sencilla. Necesitaremos un cuarto de litro de zumo de limón, 2 claras de huevo, medio litro de agua y 200 gramos de azúcar.
Lo primero es hacer un almíbar con el agua y el azúcar. De esta manera endulzaremos el sorbete sin que se noten los granos de azúcar. Colocamos en un cazo el azúcar y el agua y lo llevamos a ebullición. Cuando tengamos un almíbar de color claro con el azúcar diluido estará listo. Dejamos enfriar para más tarde.
Ahora vamos con lo más característico de la receta, los limones. Tenemos que exprimir unos tres limones y colarlos para que el zumo vaya sin pulpa. Cuando el almíbar esté frío lo mezclamos con ello. El siguiente paso es congelar la mezcla durante un par de horas.
Ahora sacamos la mezcla del congelador de nuevo y nos ponemos con las claras. Montamos las dos claras y las mezclamos con el almíbar. También la añadimos un poco de ralladura de limón para darle esos matices caseros.
Ya solo queda meterlo al congelador, y sacarlo una media hora antes de que queramos consumirlo. Antes de tomarlo, podemos darle un toque con la batidora para que esté fino y poder degustarlo a cucharadas o bebiéndolo.
Por último, tenemos la tarta de la abuela. No vamos a repetir la receta aquí, ya que la compartimos con vosotros hace un tiempo. Ya sabéis de qué trata está tradicional receta. Galletas, chocolate y crema pastelera. Podéis ver la receta en el siguiente enlace:
Después de haber visualizado las recetas ya solo queda ponernos manos a la obra y elegir el postre que más nos convenza. ¡Que aproveche!