Ruta del Cares con fabada… ¡que no falte!
Muchas veces tendemos a salir del país para conocer nuevos lugares y no nos damos cuenta de los rincones tan maravillosos que tenemos en el nuestro. Seguramente nos queda mucho por recorrer de la península, rincones que ni siquiera seremos conscientes de que están ahí.
Hoy queremos proponer la Ruta del Cares. Sin ninguna duda, se trata de un lugar maravilloso y con un encanto que no os dejará indiferentes. Está situada en el Parque Nacional de Los Picos de Europa. Más en concreto, entre los pueblos Caín (León) y Poncebos (Asturias). La ruta surca un desfiladero que sigue un precioso río y es una de las rutas de senderismo más espectaculares que se pueden hacer en todo Europa.
Se conoce como la «Gaganta divina». Como hemos mencionado antes, casi todo el camino te mantienes entre dos enormes rocas y dejas por debajo, a una distancia considerable, un precioso rio que cruza todo el sendero. Es uno de esos lugares donde te sientes pequeño, debido a la inmensidad y naturaleza del paraje. A su vez, es un lugar perfecto para pensar y relajarte sin más ruido que el de la naturaleza y las personas que surquen la ruta.
El recorrido es de unos 11 kilómetros. Hay mucha gente que lo que hace es dejar un coche en Poncebos y otro en Caín y así solo tienen que hacer la ida del recorrido. Te proponemos la ruta de ida y vuelta. Unos 22 km de naturaleza inmensa y un recorrido sin mucha dificultad. Puede que se haga un poco largo, pero teniendo en cuenta el espectacular paisaje que nos rodea en todo momento nos dejará con ganas de repetir.
Como ya hemos mencionado, nuestra filosofía es la de combinar las buenas experiencias con la gastronomía típica del lugar. Esta vez proponemos llegar a Caín, tras 11 kilómetros y degustar una magnífica fabada.
Imagínense el momento. Llegar a Caín tras haber recorrido un buen trecho con parajes de lo más revitalizantes, sentarte en la terraza de una encantadora taberna, y que te reciban con una buena fabada con su choricito. De segundo algo de carne con la típica salsa de queso roquefort. Cargaremos totalmente las pilas para volver a Poncebos. Debe de ser una sensación parecida al Nirvana de la religión Budista. Ese estado de plena felicidad.
Cualquiera de los locales del pueblo nos servirá estupendamente. Hemos propuesto estos platos porque es lo típico y lo hacen de una manera especial. Pero, seguro que cualquier comida que nos sirvan en estos lugares será completamente natural y exquisito.
Esperamos que os animéis con esta preciosa experiencia y que hagáis todo lo posible por disfrutar de los Pequeños placeres de la vida.