¿Elaboramos nuestra propia cerveza artesanal? ¡Por qué no!
Nada mejor que tomar una buena cerveza fresca en un día soleado. Para que engañarnos, este elixir entra estupendamente haga sol o lluvia. La sensación de saborearla a la sombra un día de extremo calor es inigualable, pero un día de lluvia y frío se hace más llevadero con nuestra amiga espumosa en la mano.
¿Qué opináis de la cerveza artesanal? A nosotros nos encanta y es una evidencia que cada vez más bares y locales se especializan y diferencian de la competencia incluyendo en sus cartas la mayor variedad de cervezas posibles.
¿Os gustaría aprender a hacer esta bebida? Seguro que al menos sentiréis curiosidad del proceso de elaboración de esta deliciosa bebida refrescante. Cada cerveza es un mundo, y para lograr una buena se tiene que practicar mucho, pero nosotros vamos a indicar aquí los pasos que tenemos que dar para su elaboración y los materiales y utensilios que necesitaremos.
Se puede hacer de formas diferentes y utilizando diferentes trucos y técnicas pero nosotros vamos a dar unas pautas para su elaboración guiándonos con este artículo de la Bioguia:
Estos son los utensilios que necesitaríamos en principio para su elaboración:
-1 olla de acero inoxidable del tamaño que necesitemos
– 1 báscula de cocina
– 2 fermentadores de 30 litros con grifo y al menos uno de ellos con tapa.
– Cuchara espumadera para oxigenación
– Válvula de fermentación con juntas de goma
– Tubo trasvasador de líquidos
– Cierrabotellas
– Tapitas para las botellas
– Cepillo limpia botellas
– Botellas
– Tubo rígido de embotellar
– Probeta para hacer mediciones
– Densímetro de precisión para hacer mediciones
– Termómetro de precisión de cristal
Vamos ahora con la elaboración, si ponemos ingenio lograremos hacerla pero lleva su tiempo y requiere de paciencia.
Para que nos queden 15 litros de Cerveza necesitaremos 30 l de agua declorada, 4,5 kg de cebada malteada, 25 gr de lúpulo y un sobre de levadura especial para hacer cerveza.
Antes de nada, advertir que el líquido solo debe ser manipulado por recipientes y utensilios desinfectados, lo contrario podría alterar en gran medida el sabor y la calidad del producto.
Lo primero de todo es maltear la cebada. Se tiene que cubrir con agua y dejar unos dos días, pasado el tiempo se le quita el agua que haya sobrado. Entonces lo tapamos con un trapo para que se mantenga en oscuridad y lo dejamos así de 4 a 6 días para que el proceso de germinación se cumpla.
Empezamos con la cocción. Metemos la malta en agua caliente en una olla y la mantenemos a fuego lento (65º) por dos horas. Lo que nos quede será el llamado mosto, un líquido espeso y dulce.
Ahora tenemos que hervir el mosto a borbotones durante una hora y media y de mientras ir añadiendo el lúpulo progresivamente. Esto le dará el amargor característico a nuestra bebida, y evitará que se llene de bacterias. Cuando termine el proceso hay que remover fuerte para mandar los «residuos» que se hayan formado al fondo.
Ahora toca trasladar y enfriar el líquido rápidamente. ¿Cómo hacemos eso? Pasaremos la cerveza por el interior de un caño de cobre enrollado y enfriado con hielo previamente, para pasarlo de 100 a 20º en poco tiempo. Después de esta acción, le añadiremos la levadura, que la tendremos hidratada desde el día anterior.
La mezcla lograda anteriormente la pasaremos a un fermentador para lograr su fermentación. Así se convierten los azúcares en alcohol y gas. Este recipiente de fermentación se debe cubrir con un globo pinchado para que no entre aire externo y por lo contrario, si salga.
Una semana en un lugar fresco bastará para que adquiera más liquidez y que una vez destapado logre más fuerza y espuma. Después, lo pasaremos al otro fermentador y lo tendremos en frío durante otra semana más. Si tenemos tiempo, es aconsejable dejarlo más tiempo para lograr mejores resultados.
Ya solo quedaría embotellar con la ayuda de un colador y cerrarlas. Tendremos que guardarlas en un lugar protegido de la luz y estarán listas para su consumo.
Enfriadlas bien en la nevera y a disfrutar de nuestras espumosas elaboradas en casita. Lógicamente, como con todo, recomendamos un consumo con moderación ¡Que aproveche!